El gran salto del Ayllu, el vino chileno que se produce a 2.400 metros de altura
Rosa Zuleta recuerda que sus abuelos demoraban casi ocho días en moler las uvas para producir algo que llamaban “vino criollo”.
Rosa Zuleta recuerda que sus abuelos demoraban casi ocho días en moler las uvas para producir algo que llamaban “vino criollo”. El proceso entero, recuerda, se hacía de forma artesanal. Y ahora ella, a sus 62 años, continúa con la tradición familiar usando distintas herramientas para posicionar su producto.
Zuleta es una de los 20 agricultores que producen el Ayllu, vino chileno que se hace a más de 2.400 metros de altura en Atacama y que debido a las condiciones climáticas de la zona le dan características únicas dentro de la industria vitivinícola.
Todos ellos forman parte del programa Atacama Tierra Fértil, impulsado por SQM desde 2008, el cual les entrega asesorías de agrónomos, etnólogos y viticultores tanto nacionales como internacionales.
Usando innovadores métodos, al inicio del programa se produjeron 400 botellas gracias a 1.600 parras. En 2016, esa cifra aumentó a 7.879 con 21.800 parras que contienen las más variadas cepas; Malbec, Syrah y Chardonnay, entre otras. Para este año se pretende obtener más de 9.500 botellas, para lo cual se necesitan 11,5 toneladas de uva.
“Hemos tenido muchos réditos con nuestros viñedos, pero no ha sido fácil. La agricultura en Toconao se desarrolla durante todo el año, de sol a sol. Ya sea en el proceso de cultivo, en el cuidado del riego o en la cosecha. Es un ciclo que se extiende durante todo el día y durante cada mes del año”, explica Rosa Zuleta, quien junto a su marido lleva 15 años dedicada a la plantación de viñedos en Toconao.
Ayllu es un vino de autor, cada etiqueta lleva el nombre del agricultor que lo produjo, así como también las características de la viña de donde procede.
Hace cinco años Manuel Tejerina decidió ingresar al mundo vitivinícola, trabajo que divide con la minería. “El trabajo en las parras es muy duro. Hay que estar 100% abocado en este proyecto. Por ello, para mí es aún más complicado, ya que la mitad de mi tiempo lo dedico a la agricultura y la otra parte, la destino como chofer para el rubro minero en la ciudad de Calama. Por esa razón, es fundamental el apoyo que me entrega la familia y mis colaboradores”.
De Atacama al mundo
Ya profesionalizados y con presencia en el rubro hotelero de la región, la idea es que el vino producido en altura se haga conocido a nivel nacional e internacional. En Kunza, Ayllu significa comunidad, y eso es precisamente lo que buscan los 20 agricultores.
“Nuestro sueño es poder conformar una cooperativa y mostrar nuestros vinos a todo el mundo. Que no solamente en nuestra zona o en el país se conozca de los atributos de este vino de altura, sino que también pueda exportarse a otros países y continentes”, indica Rosa Zuleta.
A ojos de Tejerina, “es muy positivo que nuestra gente y todos los habitantes de la región conozcan los productos desarrollados en esta zona. No solamente el vino Ayllu, sino que también todas las frutas y verduras que se obtienen en estas tierras”.
Vendimia 2017
En su quinta versión, la Feria Costumbrista de la Vendimia en Toconao estuvo formada por 60 stands. Rescatar las raíces ancestrales y culturales de la comunidad atacameña es uno de los objetivos del evento que se realizó entre el 17 y 19 de marzo pasado.
En la instancia, que congregó a más de 2 mil personas, se mostró artesanía en lana y piedra, productos naturales y gastronomía propia de la zona, así como también se ofreció una degustación de los vinos producidos durante la cosecha de 2016 en el desierto más árido del mundo.
La capital regional de Tarapacá se consolidó como anfitrión en esta disciplina con los torneos “Iquique Open Pro e “Iquique Pro , organizados en el marco de una alianza público-privada entre el municipio de Iquique, Corporación Municipal de Deportes, Collahuasi a través de su Fundación y la Federación Chilena de Surf.
· El deporte volverá a ser protagonista en la capital regional con un evento que reúne a tres delegaciones de Argentina, Venezuela y Chile. La competencia -con entrada liberada al público- cuenta con el apoyo de la Municipalidad de Iquique y su Corporación Deportiva, Collahuasi junto a su Fundación, entre otras entidades.
Inspirada en la libertad del océano, Aylin Hurtado creó “Mermaid Clothes”, una propuesta de moda consciente que celebra la feminidad, la comodidad y la sostenibilidad.
Entre ilustraciones, diseño y arte visual, Kym Karry ha creado un espacio donde la imaginación no conoce límites. Su emprendimiento “Kym Karry Studio” es una ventana a la expresión contemporánea y a la identidad tarapaqueña.
María Pardo encontró en el cuero una forma de contar historias. En su marca “Meraki Cueros”, combina el diseño artesanal con el amor por los oficios tradicionales, creando piezas que duran toda una vida.
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Gladys Matus es guardiana de la tradición. Desde “Matus Artesanía y Cultura”, rescata técnicas ancestrales y promueve el arte local como vehículo de identidad y educación.
En “Restaurant Bitute”, Luzmila Machaca celebra la identidad tarapaqueña a través de la comida. Su propuesta culinaria rescata recetas familiares y sabores que evocan la memoria de hogar.
Sandra Santana mantiene vivas las raíces culturales del norte con su proyecto “El Salvavidas / Los Diablos de Tarapacá”. Su emprendimiento une gastronomía, arte y devoción popular en una experiencia única.
La calidez de la madera cobra vida en las manos de Remy Antonia. En su taller “Quilu Raíces y Maderas”, transforma materiales naturales en piezas únicas que combinan estética, ecología y tradición.
En “MegaGraphic”, Ruth Rubio combina arte, tecnología y visión empresarial. Su emprendimiento transforma ideas en productos impresos que reflejan creatividad, profesionalismo e identidad regional.
Inspirada en la libertad del océano, Aylin Hurtado creó “Mermaid Clothes”, una propuesta de moda consciente que celebra la feminidad, la comodidad y la sostenibilidad.
Entre ilustraciones, diseño y arte visual, Kym Karry ha creado un espacio donde la imaginación no conoce límites. Su emprendimiento “Kym Karry Studio” es una ventana a la expresión contemporánea y a la identidad tarapaqueña.
María Pardo encontró en el cuero una forma de contar historias. En su marca “Meraki Cueros”, combina el diseño artesanal con el amor por los oficios tradicionales, creando piezas que duran toda una vida.
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Con Enamórarte, Helena Fuentes transforma los sentimientos en objetos únicos. Su emprendimiento combina romanticismo, creatividad y dedicación para dar forma a regalos que transmiten emociones.
Patricia González convierte cada hilo en expresión artística. Desde su emprendimiento Tramart, fusiona tradición y modernidad para dar vida a obras textiles que cuentan historias del norte chileno.
Mónica Muñoz representa el espíritu emprendedor que nace de la calle, del trabajo diario y del deseo de salir adelante con dignidad. Su historia es un homenaje a las mujeres que transforman la adversidad en oportunidad.
En cada pieza de “Artesanías Hipercultural”, Carolina Delgadillo plasma la diversidad de Tarapacá. Su trabajo fusiona símbolos, colores y tradiciones de distintas culturas, celebrando el mestizaje del norte.
Entre nudos y fibras, Nataly Pizarro encontró una forma de expresión que combina arte, meditación y belleza. Su emprendimiento “Textilería Macramé” rescata la esencia del trabajo hecho con las manos y el corazón.
Eliana Jofré lidera “Pupa Miel”, un emprendimiento que combina apicultura, sostenibilidad y bienestar. Desde las colmenas del norte, produce miel pura y consciente, respetando el ritmo de la naturaleza.
En Facundá’s Joyas, Carolina Valdivia une arte, elegancia y dedicación. Sus piezas son el reflejo de una artesana que transforma la materia prima en símbolos de identidad y estilo.
Marisol ha hecho del arte con cintas un lenguaje de belleza y dedicación. En su taller “Creaciones con Cinta”, transforma materiales simples en accesorios y adornos llenos de encanto.
Con color, textura y diseño, Emy Araníbar da vida a “Emy Deco”, un emprendimiento que combina la artesanía con la decoración contemporánea, llevando el arte local a cada rincón del hogar.
A través del trabajo artístico de los pintores locales Angélica Guzmán, Joanna Bravo y Enrique Fernández con su propuesta colectiva “Caliche, Tiempo y Memoria”, junto al montaje “Huellas del Salitre” de la Corporación Museo del Salitre, se busca rememorar parte de la historia minera de Tarapacá.
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Lourdes Campos convirtió su amor por la creación en un taller lleno de magia. “Artesanías Encantadas” es un espacio donde la ternura, la paciencia y el detalle se transforman en arte.
Creatividad, color y energía se mezclan en las manos de Cecilia Parada, creadora de “Ceci Crea”, un emprendimiento donde lo artesanal se convierte en una celebración de la imaginación.
Con lana, crochet y mucho amor, Juana Velázquez —más conocida como Tía Juanita— ha tejido una historia de esfuerzo, tradición y arte. Sus creaciones son más que prendas: son fragmentos de memoria, paciencia y cariño.
Desde las comunicaciones y el relacionamiento comunitario, Paula Olate impulsa un cambio cultural en la minería, promoviendo el diálogo, la transparencia y la participación activa de las comunidades locales.
















































